miércoles, 24 de junio de 2015

El Tradicional Pesebre del Pueblo de San Jacinto de Polonia Trujillo

                                                                                               René Briceño

     El tradicional pesebre del pueblo de San Jacinto de Polonia se ha considerado como un hecho tradicional y de gran costumbre durante más de cincuenta años.

     Esta hermosa y creativa estampa trujillana fue iniciativa del Fray Juan Francisco Hernández González, conocido como el Padre Mandarria hijo de tierras españolas, quien fue asignado para aquel entonces como cura párroco del Pueblo de San Jacinto de Polonia. Tal y cual como lo manifiestan distintas personas que fueron participes de la creación de este pesebre, acertando su ayuda, en conjunto con el Fraile en la iniciativa de este hecho histórico   y que hoy en día se mantiene vivo en los  recuerdos que albergan tan insigne manifestación religiosa, histórica y cultural. Entre los personajes que formaron parte de la elaboración de este pesebre encontramos los Sarmientos, Los Parillis, Los Troconis, Los Briceños y los Rivas, entre otros, quienes algunos de ellos aun se mantienen vivos y recuerdan los hermosos momentos que compartieron en el trabajo de  la elaboración de este pesebre.

     El Padre Juan Francisco Hernández toma dicha iniciativa para el año 1957 conformando un equipo de trabajadores quienes aportaban su ayuda física y económica para la elaboración del antes mencionado.

     El trabajo se inicia en el mes de Octubre tomando como lugar el altar mayor del templo parroquial siendo tapado con una larga y amplia cortina, la cual no se abre hasta la apertura del pesebre que se realizaba el 24 de Diciembre en la misa de noche buena. Es un trabajo de larga trayectoria que comienza con la armazón de hierro de toda la estructura de la parte superior, dividido en varias partes, el pesebre se clasifica en 4 escenarios que son la atracción del visitante, el primero de ellos el lugar del nacimiento del redentor, el segundo un pueblo asimilando al Belén del tiempo de Jesús, el tercero un manantial real o conocido como la tradicional cascada y el cuarto el desierto de los reyes magos, es necesario resaltar que cada año estos escenarios son cambiados y elaborados de distintas formas dando la inquietud al visitante y despertando en el pueblo la iniciativa de la creatividad, la estructura inferior del pesebre es hecho de madera, se podría decir que ocupa un gran lugar dentro del templo. Entre los materiales que se utilizaban y que aun se utiliza para la elaboración de esta majestuosa estampa encontramos: hierro, madera, papel, pintura, colores tierra, aserrín, musgo, plantas de diferentes especies, rocas, concha de arboles, pinos, casas elaboradas en anime, barro y madera, tela, luces, pasto seco, arena, plantas artificiales, entre otros.

     El pesebre posee una luna y una estrella fugaz que tienen movimientos en todo el pesebre, la luna es conocida como la luna viajera, la cual aparece en el exterior, en la parte izquierda o en la derecha, son movimientos que cambian en el momentos, entre otros efectos encontrados, también mencionamos el tradicional puente en la quebrada por donde pasa un burro con leña, el hermoso desierto con movimientos en el mar y se encuentra un hermoso pueblo lejano en donde de las casas sale humo real por las chimeneas, esta estampa posee unas costosas imágenes quienes fueron traídas desde España por el autor y creador de este pesebre, son imágenes de gran valor que aún se mantienen.

     Se cuenta que el padre Juan Francisco Hernández era un poco delicado en la hora de la elaboración del pesebre, algunos materiales eran traídos por los campesinos de los distintos campos de la parroquia, el grupo de trabajadores era numeroso su trabajo era día y noche, como dicen algunos feligreses “son tantos los recuerdos que aún se mantienen”.

     La variedad de este pesebre es real y vivencial, un pesebre que lleva al espectador al propio Belén antiguo, también grandes hechos del propio pueblo de San Jacinto que a través del tiempo han sido adaptados a esta estampa, como la Iglesia de San Jacinto quien fue elaborada en madera y anime, para el año 2012, El Miranday quien fue realizado para el mismo año y algunos personajes asignes de la parroquia, este pesebre a través del tiempo ha convertido al pueblo de San Jacinto en un lugar muy visitante durante la época de Diciembre.

     Este hermoso trabajo se convierte en un hecho de importancia para todos los trujillanos y venezolanos, ya que para el año 1973 el Fray Juan Francisco es condecorado por  el Papa Juan Pablo II, siendo un acto de admiración para todos los habitantes del pueblo de San Jacinto, este pesebre ha marcado historia, cultura y religiosidad a través de varias generaciones, como también ha sufrido grandes transformaciones cuando el Padre Juan Francisco se retira de la parroquia ya que su edad no le permitía seguir  y es aquí cuando  se deja de hacer el pesebre por más de cinco años y para el año 2008 es que se vuelve a tomar la iniciativa de continuar con esta tradición que hasta hoy en día se ha mantenido.

     Este pesebre ha sido visitado por grandes personajes venezolanos, la cual podemos encontrar en el libro de recuerdos, que es abierto el 24 de Diciembre y cerrado el 02 de febrero, que es la fecha en la cual se cierra el tradicional pesebre junto a la fiesta de la Candelaria. En los últimos años se ha cerrado el 09 de Febrero como conmemoración por la muerte del Padre Hernández quien falleció el 09 de Febrero del 2013.

     La elaboración de este pesebre es un trabajo fuerte y de lucha ,ya que es día y noche que se trabaja para que esté listo y terminado para el 24 de Diciembre de cada año, este noche, es una noche de gran relevancia para todos los habitantes de este pueblo ya se da apertura han este majestuoso trabajo, este momento se da inicio con el canto de gloria y el repicar de campanas, un momento único e incontable, este trabajo es custodiado por un grupo de servidores conocidos como Esclavos del pesebre, quienes forman parten del equipo de la realización del mismo.

    
    


                           DIALOGANDO CON NUESTROS ADULTOS MAYORES



Entrevista a Mauro Suárez


             Kerly Patricia Valera Briceño

Señor Mauro, ¿recuerda el tema del encanto? Del que hablamos hace unas semanas atrás.
-          Sí, claro cómo no.
Quisiera saber si recuerda bien los hechos de ese relato
-          Si, ese fue el día que papa se perdió. Eso fue hace unos 6 o 7 años en la temporada seco como en abril o mayo, cuando el río se puede cruzar claro, porque cuando llueve ene animal arrastra lo que sea; lástima que esa gente este construyendo esas casa allí, pegadas al cauce, el gobierno no piensa bien, cuando el río vuelva al cauce se va a llevar toda esa vaina, hay no va a valer muro de contención.
Si tiene razón, ¿Pero recuerda cómo comenzó ese día?
-          Claro, yo me levante con los muchachos para ir a atender mis vacas, las mías las tenía en la mesa, en los terrenos que vendí hace poco, cuando íbamos subiendo papá salió con Yaya (hermana) y ella lo despidió, yo le pedí la bendición y seguí con los muchachos, en la tardecita como a eso de las 6:30pm llego yaya a la casa preocupada porque papá no había llegado, ni siquiera a almorzar.
¿Y qué decidieron hacer?
-          Pues yo decidí esperar a ver si papá llegaba más tarde, igual los otros hermanos.
¿Hasta qué hora lo esperaron?
-          Hasta la mañanita, como hasta las 4 y piquito.
¿Y sabe a qué salió su papá ese día?
-          Sí, a buscar un becerro que se le perdió y Ud. sabe que si esta días sin mamar la vaca deja de producir leche, por eso salió a buscarlo.
¿Entonces en la mañana comenzaron la búsqueda?
-          Sí, fuimos Luisa, Yaya, la Chopa, Félix, los muchachos, los compadres y yo, salimos hacia el río a buscarlo por las orillas, asustados de que no se haya caído a un pozo o se haya golpeado, yo de verdad no tenía miedo de que se haya ahogado porque mi papá parecía un pescado nadando (risas).
-          Mi temor era que se hubiera golpeado la cabeza con alguna piedra o que se haya encontrado con uno de esos malandritos que se la pasaban en el pozo de pelotaco, Ud. Sabe esos se drogaban y no conocían ni a la madre.
¿Y apareció?
-          No, nada, ya eran dos días y nada, decidimos decirle al policía a Méndez, que por cierto está preso, esa policía no servía para nada ni antes ni ahorita.
¿Y entonces que decidieron hacer?
-          Nada, orar y esperar, pero ya al tercer día apareció lo trajo un jeep de la policía, estaba en el peaje esperando cola y el comandante hizo el favor y lo mando, estaba pálido, jalado y mugre, pero de resto bien, a claro y muerto de hambre (risas), ese día sí pudo comer.
¿Y les dijo que paso ese día?
-          Sí, él nos dijo que se metió por el encanto, sabe dónde se ve esa tremenda ceiba, allá entre las dos montañas, bueno por ahí pasa un riachuelo, el cogió por ahí a buscar al becerro, pero, cuando quiso regresarse no encontró la salida y según el dio vueltas como en círculos.
-          Durmió, y al siguiente díase paró en las mismas a caminar y caminar, tenía mucha hambre, y empezó a rezar y a pedirle a dios y a mamá que lo ayudarán, pero se volvió a hacer de noche y se acostó encima de una piedra, se quedó dormido rezando, gracias a dios por ahí siempre pasa agua, porque si no se hubiera muerto de sed.
¿Y cómo logro salir entonces?
-          Bueno, papá dice que en la mañana se encontró a un tipo caminando por ahí, iba vestido de militar, con esos uniformes de antes, y le dijo por dónde salir y termino reventando por los lados del peaje.
¿Y Ud. Cree que el relato era cierto?
-          Claro, a veces creo que lo del militar pudo ser la imaginación por el hambre, Ud. Sabe una persona hambrienta ve cosas donde no las hay, pero, por otro lado pienso si fue imaginación como carajo supo que era el camino para salir.

-          Cuando mi mamá estaba viva no nos dejaba ir al encanto, según los abuelos decían que por allá cruzaban los militares en la época de la independencia, por eso dicen que son almas en pena, que buscan regresar a sus hogares pero no lograron porque murieron en batalla, esas cosas se respetan hoy en día no lo hacen los muchachos, pero, cuando se lleven un susto dejan la vaina.
ACERCAMIENTO A LA CRÓNICA

El Encanto 
                                                                                                                                                                                                         Kerly  Patricia Valera Briceño
    

        Jalisco es una pequeña población que forma parte del municipio de la “caña, piña y tambor” Motatán. Esta pequeña parroquia hace honor a la frase que identifica a su municipio, siendo una de las parroquia con mayor producción de piña y caña de azúcar. Este pueblo se ha desarrollado bastante en los últimos años, pero a pesar de los nuevos urbanismos siguen manteniendo sus raíces culturales, arraigados en sus creencias y supersticiones, respetando la naturaleza y sacando provecho de ella.

          El respeto que se le da a la naturaleza es impresionante, dicen que al imponente Río Motatán hay que respetarlo, pues cuando enfurece puede arrasar con todo a su paso. Uno de los lugares a los cuales también le tienen respeto y del cual dicen que está encantado es un riachuelo cercano al Río Motatán que surge entre dos montañas y el cual está custodiado en su entrada por una imponente Ceiba. De siglos de edad puede llegar a encantar a las personas haciéndolas caminar en círculos. Una anécdota contada por el señor Heriberto Suarez y su hijo Mauro Suarez indican que haces unos 8 años el señor Heriberto salió en búsqueda de una res perdida y se perdió por 3 días este ingreso al encanto pero estando allí camino y camino pero no lograba encontrar el retorno al día 3 un hombre vestido de militar de antaño le indico, el camino de regreso pero en vez de salir por la gran ceiba termino saliendo a un camino cercano a la Alcabala de Agua Viva.

          Entre las personas se rumora que por allí cruzaban el Río los militares en la época de independencia y que se encuentra encantado por los que cayeron en guerray aún están en búsqueda del camino para regresar a sus hogares. 


Mostrando 20150413_140714.jpgKerly Patricia Valera

ACERCAMIENTO A LA CRÓNICA

Recuerdo de Primaria

                                                                                                                      Robert Salas

         Hoy en día puedes ver a Manuel Suarez de lunes a sábados, con 21 años yendo a la ciudad de Valerana trabajar, quien tenga trato con él puede decir que es una persona promedio, que quizás no tenga nada que contar o ninguna historia interesante, esto puede ser lo que su cara o aspecto dicte a las personas. Tal vez a Manuel no le guste recrear lo que vivió en la primaria, en su niñez. En la escuela “Eduardo Blanco” principal primaria del municipio Escuque, en esa época muy actualizada por reparaciones y mejoras extras como el salón de computación, cuando mis amigos y yo cursábamos el cuarto grado, mientras que el niño Suarez estudiaba segundo grado, con baja estatura y timidez característica de la niñez, todo era juegos y controversias inocentes, nada fuera de lo normal, pero, y con mis ojos lleno de temor y reviviendo ese apretón en el pecho, que hace que me tiemblen las manos en este momento presionando las teclas de mi computador puedo contar un hecho que nos marco a todos en la escuela.

            Una mañana de principios de año escolar, estando los pasillos vacíos, un grito ensordecedor se hace escuchar, era con mucha fuerza, se sentía un dolor en la onda expansiva, un dolor que hizo que mi piel pasara a ser la de un ave, sabíamos que era distante pero lo sentías al lado del oído y luego murmuro, murmuro de profesores y directivos, de los cuales y a través de averiguaciones dimos con que era un niño de grados menores que nosotros, al que le dolía tanto la cabeza que lo hizo saber de esa manera.

            Me salto al viernes siguiente porque los dos días anteriores no supimos nada, fue una de las señoras encargadas del comedor quien nos dijo, antes de formarnos para entonar el himno, nos dijo que era ese niño el que había gritado, que tenía dos días sin asistir a clase y que ese día se estaba reincorporando. Sin prestar mucha atención a eso y sin saber lo que vendría se nos paso el tiempo hasta el recreo, ahí nos encontrábamos jugando fútbol en el patio cuando de la nada se escuchamos de nuevo aquel grito que descrito como impresionante nos envolvió de temor a todos, esta vez sabíamos de donde venia y en carrera nos acercamos a las afuera del comedor donde había una especie de cerca humana rodeando a alguien.

¡Manuel! ¡Manuel! Gritaba una profesora y cuando por fin logré ver, era él, o al menos el cuerpo de él, para describir lo que vi, tengo que hacer poca memoria pues la imagen esta como una cicatriz en mi mente.
Manuel estaba en el piso apoyado en sus manos y rodillas, como una postura de un animal de cuatro patas, se asemeja a la de un feroz león maligno, así lo describo porque su cara estaba con una expresión de mucho odio, de rabia, de desprecio al que miraba, a nosotros, su boca dejaba ver sus dientes apretados con mucha fuerza y botaba espuma que no parecía saliva y con un sonido como de rugido bajo pero demoníaco, a quien miraba dejaba sin aliento de la impresión terrorífica que daba. Allí permaneció por unos 25 minutos hasta que llegó su mamá y lo tranquilizo de manera instantánea con nuestras miradas puestas en ese acto fuera de lo común.

Fue solo hasta aproximadamente un mes de año escolar en que vimos a Manuel otra vez, con una expresión diferente, con mayor interacción en el recreo, sonriendo, su profesora le contó a la nuestra que lo noto muy diferente, en el buen sentido de la palabra.


Durante su ausencia y con preguntas a las señoras del comedor, a la profesora y a otros compañeros estudiantes supimos que al parecer su mamá era santera, bruja, practicaba brujería o magia negra y trabajos de maldad, con cosas como esas; no se supo si esto era cierto porque éramos muy niños para que nos detallaran todo. Pero puedo decir ahora con razonamiento propio y después de 14 años de aquello tan impresionantemente horrible y tenebroso, que Manuel tenía algo maligno dentro de él que no era de este mundo, que no era de Dios y con esto concluyo diciendo que eso era un demonio y que con el favor de Dios, Manuel Suaréz hombre se haya librado de eso.
Robert Salas



RECOGIENDO UNA HISTORIA DE VIDA
Historia de Vida: María América

Luis Tellechea Azuaje

        
        
María América Gil Terán nació el 23 de julio de 1937 en el Municipio Carache de la Parroquia Carache, específicamente en la comunidad de las Montañitas sus padres fueron, Maximino Gil y María Francisca Terán de Gil, ambos campesinos; tubo 17 hermanos es la mayor de 12 de ellos y menor que 04. Su infancia transcurre en el Campo, no tiene la posibilidad de estudiar puesto que la distancia de donde vivía a la casa donde su Madrina María quien enseñaba a leer en el pueblo de Carache, era muy amplia. Adquirida la edad como el resto de sus hermanos comienza con el trabajo agrícola, dedicándose a labores tales como: recoger  Maíz, café; cortar leña para vender y  a los oficios del hogar.

             A los diez años de edad se muda a Carache, para trabajar en una casa de familia,  sin sueldo solo alimentación allí le enseñó a rezar  la señora Josefa, y esto le permite hacer la primera Comunión y allá Confirmación  con  las hijas de Adolfo Cañizalez. A los 14 años de edad viaja a Trujillo, nuevamente sigue trabajando en una casa de familia, a las hijas de Adolfo Cañizalez quienes eran Maestras, por un sueldo de 20 bolívares mensual, con ello adquiere vestimenta nueva, allí en esa casa cumple sus 15 años de edad.

               Después de 4 años de estar en Trujillo vuelve a Carache, un año más tarde se casó con Jesús María Trompetero, tuvo su primer hijo luego se separa, al tiempo establece una relación con José  Nicolás Azuaje, con el cual tiene 6 hijos, para un total de siete, cinco hembras y dos varones.

              Se muda a Miquimbay hace 55 años, toda su vida se ha dedicado a las labores del campo  cuando joven, y a las labores domesticas, sus hijos e hijas fueron criados en esta zona rural de Carache, a diferencia de ella siempre se esforzó porque sus hijos asistieran a la escuela o como ella dice “a que aprendieran siquiera a leer”, desde entonces, María América Gil Terán vive en esta comunidad. Su familia a crecido posee un número significativo de nietos y bisnietos e incluso, el 23 de julio cumple Dios mediante 79 años de vida.



ACERCAMIENTO A LA CRÓNICA

                                                                                                                          Luis Tellechea Azuaje

Así se hacia el Miche Antes

       
            María América, mi abuela, comienza así a contarme como se hacía el aguardiente antes; El aguardiente se sacaba en un  envase que lo llamaban cachicamo, y eso lo ponían en una parrilla después que el guarapo estaba bien fuerte llenaban ese cachicamo,  el guarapo era de  panela lo  tenían quince días enfuertando, después que lo llenaban lo subían a la  candela a eso que hacían a esa parrilla, repite  mi abuela, y eso tenía como una manguerita que le decíamos culebra, que iba directo a donde estaba la garrafa que paraba, -¿cómo te digo…?- se pregunta y dice:  el sudor que vaporizaba ese sudor y, entonces eso tenía un medidor para ver qué grado tenia después que le hachaba el aliño ese que se llamaba anís y lo median otra vez con el aparato ese. así median los grados que tenían  otra cosa más, -me dice luego de unos segundos de silencio- a ese guarapo que ponían a enfuertar bien fuerte, le echaban una pasta creí haber escuchado pata pero era pasta de sal amoniaco… para que eso enfuertar  más rápido, dice acordándose-, le pregunte qué ¿en dónde hacían todo eso? me dice en la casa teníamos una cuestión aparte, retirado y escondido una comodidad escondido que no viera la gente;  porque era prohibida en muchas casas se hacían  ¡es un miche casero muy barato! Exclamaba,  el  que ahorita llaman sanjonero, la panela era muy barata esas las compraban por bultos se la echaban entera y la pasta de sal  amoniaco; y tenían una cuchara grande de madera con la que revolvíamos ese guarapo.
-yo saque mucho mi papá y mi mamá nos ponían como habíamos muchos muchachos nos tocaba un día uno y otro día otro, porque eso se estaba a veces dos días y dos noches para terminar de sacar el aguardiente  cuando eso estaba listo lo llevábamos a vender a un negocio en Carache  a media noche, a lo último que quedaba le llamaban resaca eso lo vaciábamos y volvíamos a llenar con el guarapo y volvíamos a hacer lo mismo-…

  Luis Tellechea Azuaje

lunes, 22 de junio de 2015



                                             

RECOGIENDO UNA HISTORIA DE VIDA

¡NO SÉ CUANTO COMPADRES Y COMADRES TENGO!
                                                                                                                                                             Damelys Astrid Rivas Briceño


Saira del Carmen Rivas, de 78 años nacida en los cerros de Monte Carmelo estado Trujillo el 5 de octubre de 1937, hija de Victoria Rivas y Eutimio Briceño; ambos trabajadores en la agricultura; es la menor de tres hermanas y mayor que su único hermano.  Ermida la mayor, Amalia la segunda, y Jacinto el menor.

Desde los ocho años de edad ya trabajaba con su mamá en la agricultura, sembraban maíz, cambur, café  para el consumo de ellos, a los nueve años empezó a trabajar, agarrando café, en ese momento obtuvo su primer sueldo de un medio. Sus primeros años de edad los vivió donde su abuela materna, en el caserío de San Antonio, al tiempo se mudaron a un rancho de barro y el techo de fajina y de una hoja que se llamaba yucatán que junto a sus padres y hermanas construyeron, aun no había nacido su hermano menor. Toda su infancia y adolescencia la vivió en dicha casa, hasta los 20 años que se casó. Saira y sus hermanos nunca estudiaron pues el tiempo alcanzaba solo trabajar, además para los años de 1940 no hubo escuelas cercanas ni nadie que los escolarizará. Su infancia estuvo cargada de trabajo ayudando a sus padres, que  junto a sus hermanas se cubrían las semanas de trabajo, turnándose entre los quehaceres del hogar y las agarradas de café, a las cuales buscaban por sus manos pequeñas y por su inteligencia para hacerlo. Cuenta Saira -  que Una semana trabajaban para comprarle un vestido a una hermana, la siguiente trabajaban para comprarle a otra hermana y así- . Su hermana mayor Ermida, la enseño a coser, y la menor raspaba fique para hacer clinejas que se usaban para hacer las alpargatas. Cocinaban a leña, por turnos igual con sus hermanas, mientras que sus padres trabajaban el día.

Cuando le pagaban la semana bajaban al pueblo de Monte Carmelo hacer “el mercadito” donde muchas veces lo sacaban fiado, aunque no era mucho lo que compraban, solo lo que alcanzaba con cinco bolívares (de los de antes, para 1940), dentro sus compras más necesarias estaba, la panela, el kl de pescado, las lentejas y arroz. Algunos vecinos que tenían ganado le regalaban “cuajadita”, cuando sacaban leche, o un potecito de leche y eso le alcanzaba para la semana. Dice la abuela - “se comia, fue critico cuando eso, pero se comía bien, nunca vivíamos flacos, ni nos enfermábamos, si acaso le dolía algo, se le echaba ramitas, hiervitas y con eso se mejoraba”-.

Su juventud fue muy tranquila, salía con sus primas y hermanas a visitar a los vecinos, por el mismo caserío, en época decembrina siempre salían a las parrandas, y la búsqueda del niño, cantaban y bailaban y “todo era muy sano”, los domingo bajaban al pueblo de Monte Carmelo a escuchar la Santa Misa, los cuales cada domingo recibía la comunión. No tuvo novio durante su adolescencia, el único que tuvo fue para casarse, la gente “de por ahí” se entero fue cuando ya nos fuimos a casar, ya que en cada misa el sacerdote anunciaba su matrimonio. Siempre tuvo presente que se iba del lado de su mamá cuando ya se casará. Una de sus anécdotas de adolescente fue que, caminaron cerro arriba, llegaron al páramo Los Torres y bajaron hasta el pueblo de La Puerta a comprar una máquina de coser para su hermana mayor, que aun conservan esa misma máquina, Saira tenía 11 años cuando trajeron la máquina de coser, ella recuerda que les costó 200 bolívares. Gracias a esa máquina aprendió a coser, siguiendo las enseñanzas de su hermana mayor.

Para 1957, y después de 3 años de ruego, con dos meses de novios, Saira se casó con José Cervelión Rivas, oriundo también de San Antonio, fue un enorme matrimonio, muy lindo – comenta la abuela – me casé por todo, el matrimonio por el civil lo presidio el prefecto Eraclio Barrios, el matrimonio por la iglesia fue en la misma semanas. Luego del matrimonio, subieron a caballos hasta San Antonio, la fiesta duró toda la noche, vino gente de todos lados, hasta de La Puerta. De allí, Ella se mudo a la casa materna de su marido, vivieron un año en San Antonio, Luego se fueron a Maracaibo, después al Vigía, se volvieron a mudar a Casa Azul y por último Buena Vista. – “En Maracaibo yo llegue a trabajar, Tuve una buena bodega, vendía cerveza y víveres. En El Vigía vivimos de la siembra de yuca, y tenía cuatro vaquitas, en Casa Azul estuvimos encargados de una hacienda, y ahora, aquí, en Buena Vista, en todos lados donde hemos vivido dejé muchas comadres, y buenas amistades”- comenta la abuela.

Del matrimonio de la Abuela Saira y José Cervelión nacieron 11 hijos; Alba, Luis Alberto (Kiko), Lesbia, Herry, Freddy, Gaudy, Dora, Amelia, Gustavo, Nancy y  Elauteria. Tiene 27 nietos y 6 visnietos. “En temporadas siempre se hacen presente, me acompañan y visitan, mis nietos siempre están aquí, ahorita vive dos conmigo”. A la Abuela Saira siempre le ha gustado trabajar, coser, atender su hogar, atendió peones, se levantaban de madrugada para ayudar a trabajar a sus esposo, y siempre le acompaño en la decisión de negocios y de trabajos que Él decidía hacer, desde hace más de 15 años no vive con su esposo por problemas personales, y desde entonces no ha tenido más esposo, sus creencias familiares y religiosas no comparte que vuelva a tener otro esposo.

Desde hace algunos años conozco a Saira del Carmen, su estupenda labor con la costura, su receptividad y gentileza con las personas que La visitan, las atenciones con sus nietos son unas de las características que señalan las personas del pueblo de la Abuela Saira, como ama de casa trabajadora. Siempre hemos conversado sobre plantas, frutas y el largo recorrido que hizo en sus mudanzas junto a sus esposo e hijos, todo esto comiendo chimo (en un pote, con arena escupe). No obstante su hermosa labor comunitaria y religiosa de gran significado que, hace obtener una mirada muy humilde a enfatizar a la Abuela Saira en esta oportunidad es la colocación de Agua Bendita a las niñas y los niños de la comunidad y pueblos vecinos.  

“echar agua es fácil” comenta la abuela, que está dispuesta a enseñar, para que la tradición no se pierda, más que una tradición es protección a los niños, su devoción por su patrona, la Virgen de Monte Carmelo, ha hecho que por más de 20 años coloque el agua bendita. La abuela Saira comenta, que fue un encargo de un señor que las colocaba en el pueblo, ya estaba muy viejo, murió de cáncer, y él vio en Saira un buen porte, de madre ejemplar y una mujer católica. Desde su primera vez hasta entonces cada cierto tiempo iba a una nueva casa a dar la bendición al niño que nacía “echando agua bendita” ahora, con el crecimiento de población y los nacimientos más a menudos cada mes o fin de semana la buscan para dar bendición a otro nuevo niño. – “cuanto muchacho nace por ahí, de una vez, busca a Saira” comenta.

No sé cuanto compadres y comadres tengo, enfatiza, lo cierto es que cada niña y niño conocido en el pueblo de Buena Vista que es Católico, la Abuela Saira le ha echado agua, “pasan por la casa, epale comadre,y los ahijados, bendición madrina”, antes iba a echar agua, ahora si me lo traen, por los dolores de las piernas ya casi no puedo caminar lejos, es entonces que  cada 15 días o fines de semanas la abuela se echa su pintica para “echar aguas”. No cobra ni medio,  - ¡¿Cuánto le debo dice la gente?! Nada, solo una linda amistad, - dice la abuela. En cierta oportunidad la visitaron unos misioneros que andaban por la parroquia, ella le comentó que si estaba bien colocarle el agua a los niños, los misioneros sin duda la felicitaron por su labor, que eso protegía mucho a los niños, sin embargo, que después de echarle el agua, debía decirles a los padres que llevarán al niño a la iglesia para que los bautizarán.




Para echar aguas, la abuela Saira nos comenta algunos paso que deben tomar en cuenta para su realización: 
-          Ella siempre lleva consigo una cruz.
-          Se debe tener una vela encendida, la cual un padrino o una madrina tendrá.
-          Agua bendita en un vaso.  “como ahora cada niño tiene muchas madrinas y muchos padrinos, ello los acomoda para que todos puedan agarrar el niño”.
-          Se inicia con la señal de la cruz, luego el padre nuestro, culminado, se empieza a decir el Credo. Se dice el nombre del niño, por tres veces: se dice, el nombre del niño y si quiere ser cristiano, luego por tres veces si renuncian al mal.
-          Para finalizar, con agua bendita se le hace al niño una cruz en la frente, cada padrino y madrina lo debe hacer. Se echa la bendición.

Buena Vista es un pueblo pequeño que guarda un enorme manantial de saberes y creencias en sus pobladores, sus inmigrantes han traído consigo la construcción de nuevas estructuras sociales que han formado junto a las tradicionales costumbres lo que hoy somos. La Abuela Saira significa para muchos, el adentrarse a través de las aguas a una forma de vida cristiana, con valores de trabajo, responsabilidad, solidaridad; y aún más una expresión de saberes cultuales.

Lo local desde la Colección Bicentenario: Posibilidades

Historia  Contemporánea de Venezuela. 4to año.


“La Historia, a semejanza de los idiomas, debe principiarse a aprender por lo contemporánea, para ir remontando, por grados, hasta llegar a los tiempos oscuros de la fabula.”
Simón Bolívar.


Este libro contiene diversas historias. Todas las conducen a demostrar que al país ha sido sometido al control de las casas comerciales y transnacionales. Todo esto ocurrido en perspectiva y recorrido del siglo XIX.
Papel fundamental conjuga el recorrido de las bases de la economía venezolana, como papel de los gobiernos en sus épocas y omentos, y las decisiones que tomaron estos en cuento a los primeros como potencia agrícola, hasta hoy como una gran reserva petrolera; eso sí; teniendo en cuenta sus matices y consecuencias de asumir como eslabón económico dicho mineral.
Resaltando de igual forma que cada contenido de este libro, tiene que ver y está relacionado con cada partícula del territorio Venezolano, se hace del estudio algunos temas en particular que se asocia a historias Regional y/o Local.
Algunos de estos temas, se pueden apreciar lo siguiente:
ü     El eje del Café y las casas comerciales(pág. 29):

En Venezuela se introdujo el Café en 1730; a través de la región del Orinoco. En 1809 el café se equipara al Cacao y lo va desplazando como cultivo dominante. En la región andina se introduce tardíamente, aproximadamente en 1870, salía  vía Sur del Lago a exportar. Esto tiene que ver mucho con el puerto de La Ceiba, Edo. Trujillo (Ferrocarril Ceiba- Sabana de Mendoza, como vía de transporte). Acercándolo más al territorio, el Municipio Escuque es gran productor de este rubro.

ü     Pirámide socio culinaria e Ideológica del pan( pág. 39):
A través de una pirámide se analiza las característica de la gastronomía venezolana, particularmente del Pan de trigo, Maíz, Yuca, Plátano. Esto de denota en cada platillo de la historia regional, en esa relación de los Venezolanos con el Pan y la popular Arepa.

ü    1900 – 1936: de Castro a Gómez. Hitos de centralización (pág. 55):
·        Lectura : Mujeres Protagonistas de 1928:
Esta lectura nos lleva a constatar la realidad de la época, en que la mujer solo tenía protagonismo en el seno del hogar, es decir; en los Oficios que ésta demanda, en un sistema de valores machistas para las demás actividades de la vida Humana. En este articulo de denota la participación de la mujer en actividades políticas, es decir; salen del libreto del dogmatismo. Una realidad muy diferente a la de hoy donde son relevantes en cualquier escenario de la cotidianidad.

ü    La ley “Lara” (pág. 59):
En 1936 de promulga una ley llamada Ley Lara, que reprimía la participación de los ciudadanos en actividades políticas, y más aun, que fuesen contra el gobierno de turno. Hoy la realidad es otra y oportuna en el escenario de todo territorio nacional
ü    Concesiones: Primero llego el Asfalto(pág. 77):
En 1866 se otorgo la concesión Casanova, otorgada por la asamblea constituyente del estado, Pascual Casanova debía pagar 200 pesos anuales para explotar  los rezumaderos ubicados en Escuque. Edo-Trujillo, eso tiene su preponderancia en la actualidad económica y este suceso que se desconoce por muchos en el municipio Escuque.
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ü    Zulia petrolero : reventones de Mene Grande y la Rosa(1914-1922), (pág. 113): 
Para hablar de potencial económico y de nuestro principal lucro de sostenimiento de la economía de los venezolanos, debemos referirnos a estos primeros acontecimientos de la aparición del petróleo en Venezuela: 1914 reventó en Mene grande(Zumaque 1)  y en 1922 cerca de Cabimas, lo hizo un poso gigantesco conocido como Barroso número dos, donde por 9 días estuvo inundando los campos, se calcula más de 100 mil barriles de petróleo.

ü    Migraciones del campo a la ciudad(pág. 121):
Naturalmente Trujillo es un estado agrícola, así como el municipio Escuque. Al aparecer el fenómeno del petróleo, empezó a darse movilizaciones de los campesinos a las ciudades en busca de otras y/o mejores condiciones. Cosa que acontece en momentos actuales de nuestros territorios.

ü Consenso de Washington (pago. 161):
Como un plan de privatización de la salud y educación en la época de los 1990, debe ser reflexionado y estudiado desde o local, ¿cuánto ha influido el hecho de que la educación sea gratuita en estos momentos?

ü República Bolivariana de Venezuela del 12 de Abril 2002 ( pág. 205) :
En esta fecha se produce en el país un golpe de estado para con el presidente del momento Hugo Chávez Frías, por parte de sectores adversos donde todo el pueblo venezolano fue testigo de lo acontecido, así como también el paro petrolero del diciembre 2002; es período de mucha incertidumbre y movilización de pueblo Venezolano, desde las diferentes visiones políticas y sociales. Un tema que es sensible a los venezolanos, en especial a los estudiantes, y se estudia pues toso el pueblo sufrió las consecuencias de estos acontecimientos.
Luis Aguilar.
18.457.642

Seminario Regional.
César Delgado
ACERCAMIENTO A LA CRÓNICA

La oscurana del año 12.

En la actualidad, nuestra sociedad nos enseña a medir todo, nos cuentan, nos pesan, nos miden, nos multiplican o dividen dependiendo del caso. Los números forman parte esencial de nuestros días, y por su puesto de nuestras noches. Una y otra vez vemos girar aquellas agujas que nos anuncian exactamente cuánto nos queda por vivir. Es el lenguaje métrico que nos explica desde el sentido de la vida hasta la ruta de la hormiga más negra y veloz. Es el todo medible en un mundo donde lo que esta fuera de ese sistema simplemente no existe. Sin embargo, aún encontramos anécdotas que los números no pueden abordar ni transformar, donde los números quedan inmóviles, sin efecto.
Comenzaba la segunda década del siglo pasado, el buen Rosalino, de muchacho salía como todos los días, bien temprano a las labores del campo, a la faena correspondiente de la Venezuela rural de la época. Sin reloj, sin metro, sin calculadora y con la voluntad de hierro para afrontar la jornada que habría de construir el milagro de la cosecha, el milagro del alimento indispensable para el hogar. Rosalino salió con la sabiduría del campesino trabajador que conoce a la madre tierra y sus bondades, que conoce el buen tiempo, la buena tierra y los animales.
Abril, siempre colorido, tuvo en 1912 un día muy particular. Según los que miden todo, explican que por los movimientos de rotación y traslación del planeta, las distintas coincidencias en la ubicación espacial, y demás elementos geográficos, se manifestó un evento al que denominan eclipse solar. Los registros muestran como en ciertas ciudades principales del mundo se prepararon para observar y disfrutar tal suceso. Pero, y ¿qué ocurrió en la tierra del buen Rosalino? El sol se ha apagado, la oscurana tomó aquel lugar del campo trujillano antes de tiempo, los animales se guardaron y un silencio ocupó toda la montaña. No era cuestión de sumar o restar para entender que se hizo de noche mucho más rápido, el mismo lenguaje de la madre tierra se lo explicó, los animales en su huida rápida y repentina le advertían que era el momento de resguardarse.
Pasaron los años, luego que las comunicaciones fueron escalando posición en la vida del campo, muchos trataron de advertirle lo ocurrido, razonando con números en mano, aquel evento; más sin embargo, el buen Rosalino, solo entiende que una gran oscurana lo cubrió de muchacho camino a su casa, que algo nunca visto sucedió aquel día y que no hay explicación posible más que uno tiene que andar en todo momento con dios y la virgen para que lo lleve con aliento a su casa.

Aún hay una parte de la vida en la que los números sobran, donde no tienen cabida, donde sólo la experiencia vivida y sus sensaciones son las que te indican que la vida es mucho más que una cuenta por concluir y que cada vez que la mide, lo que hace es restar. Vivir para vivir y no para sumar. Vivir, como Rosalino, para sentir, Rosalino vivió muchos años más, sembrando y cosechando, también relatando su oscurana.