ACERCAMIENTO A LA CRÓNICA
La muerte de dos hermanos.
René Briceño
En una triste y oscura mañana de un
sábado, la muerte invade a dos pequeños de una humilde y sencilla familia
campesina, de la carretera vieja Trujillo- Boconó perteneciente al pueblito de
San Jacinto de Polonia. Así fue como muchos lo recuerdan, una triste y
lamentable mañana, el cual comenzaba con una oscura y profunda soledad invadida
por una torrente lluvia que desplegaba fuertes vientos sobre aquella montaña
que fue la escena de tan enorme masacre.
La madre de los pequeños hermanos Doña
Odalis comenzó la mañana como cualquier otro amanecer, con la preparación del
desayuno para sus hijos, cuando a mediado de las 10:30am, los golpes invaden la
puerta de aquella humilde casa, el miedo y el temor se adueña de aquella madre
e hijos, al saber que era su esposo el padre de sus hijos, que fuera de sí
mismo, entro al hogar con un enorme machete. La violencia, la fuerza, los
gritos, el dolor y la soledad invaden aquella montaña, cuando el padre tomas a
sus hijos a golpes y machetazos dejando de ello solo restos, restos irreconocibles
de aquellos niños inocentes que gritaban y pedían auxilio ante el terrible
espanto que lo invadía. La madre de aquellos inocentes demostró su ayuda para
el socorro de sus hijos, pero en el momento un machetazo la alcanza y le
sangrienta su rostro, siendo lanzada por una enorme sima la cual se unía a una
pequeña quebrada, dejándola toda golpeada pero con vida.
La sangre se desplego por toda la casa
ante la terrible masacre y el padre de los hijos abandona la vivienda dando
gritos por toda la montaña, el cual fue visto por los vecinos que se encontraba
en la cima de la montaña.
Los gritos y el miedo se unieron a una torrente lluvia que se adueño al dolor
de aquella familia, nadie se imaginaba del espantoso suceso de Don Alirio
(padre de los pequeños) había realizado y es a las 12:15pm aproximadamente
cuando un grupo de jóvenes campesinos pasaban por aquella casa llena de soledad
y observaron tan horrendo espanto, el cuerpo de los niños destrozados y toda
las paredes sangrientas y de enorme escándalo.
La noticia se riega por toda la zona campesina
llamada Boron Alto, los gritos invadían aquella montaña y personas de todas
partes acudían ante el enorme suceso, todos en la espera de los entes Policiales
para hacer el levantamiento de los pequeños y así poder comenzar con los
estudios profundos. El miedo y el dolor se extienden no solo en el pequeño
pueblo de San Jacinto sino a todo Trujillo. Los medios de Comunicación radio,
prensa y televisión se despliegan por toda la zona y grupos policiales en busca
del causante de todo el hecho, Don Alirio quien queda catalogado como “El
monstro de Boron”. Los restos de los infantes fueron velados y sepultados en el
cementerio municipal de Trujillo, mientras que su madre Doña Odalis lucha con
su vida en el Hospital Dr. José Gregorio Hernández.
Los días transcurrieron y el causante del
hecho fue encontrado sin vida, en una abandonada choza que se encontraba al
final de la montaña.
Los años han pasado, pero el recuerdo de este suceso todavía se mantiene en las mentes de aquellos que
formaron parte de esta terrible historia.
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