lunes, 24 de octubre de 2016



Dr. José Witremundo Torrealba.

Chacoys Perez

 
Es el tercero de los doce hijos del Dr. José Francisco Torrealba y de Doña Rosa Tovar de Torrealba. Nació en Zaraza, estado Guárico, el 3 de noviembre de 1935. Realiza sus estudios de primaria en la Escuela "Francisco Aranda" de San Juan de los Morros, lugar donde la familia Torrealba Tovar se había mudado a finales de 1941, en búsqueda de mejores condiciones para el ya numeroso grupo familiar. 

En esa misma ciudad estudia hasta tercer año de educación secundaria en el Liceo "Juan Germán Roscio" y culmina sus estudios de bachillerato en Caracas, en el Liceo "Fermín Toro". Para esa fecha, 1954, la Universidad Central de Venezuela funciona irregularmente por presiones políticas y decide viajar al exterior, a realizar estudios de Medicina en la Universidad de Sao Paulo, Brasil, una de las mejores y más exigentes de la época, donde pronto se destaca por su dedicación al estudio y despierta la admiración de compañeros y profesores, entre ellos los expertos parasitólogos el Dr. Dacio Franco Do Amaral y el Dr. Luis Rey. Se gradúa de Médico Cirujano en 1959, con excelentes calificaciones y varias distinciones. Realiza estudios de Medicina Tropical en la Universidad de Sao Paulo, antes de volver al país en 1960, cuando revalida su título de Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela.

En 1970 obtiene el título de Doctor en la Facultad de Medicina de la misma universidad, para lo cual presenta la tesis: "Observaciones sobre Diagnóstico, Terapéutica y Evolución de la Leishmaniasis visceral humana y canina". Contrae matrimonio con la Dra. Junia Chaves, brasileña, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carabobo, de cuya unión nace su hijo Carlos Francisco. 

Su obra podemos considerarla desde tres áreas específicas, en el terreno universitario, en el campo de la investigación y como vocero científico ante el mundo. En todas ellas se destaca por su elevada condición humana, su gran preocupación por las injusticias sociales y por las condiciones de la educación en el país. Como universitario, poseía una sólida formación científica para impartir el conocimiento y dotes especiales como pedagogo, además de una profunda preocupación por el funcionamiento de nuestras universidades. Desde el año 1960 se incorpora como profesor en la Cátedra de Parasitología de la Universidad de Carabobo, junto al profesor Antonio Dacio Franco Do Amaral, quien había venido al país a fundar el Departamento de Parasitología en dicha Universidad. Se dedica a la actividad docente con apasionado entusiasmo y pasa a desempeñarse como jefe de la Cátedra de Parasitología en 1964. Aquí impulsa y moderniza la enseñanza en el área, se crean laboratorios de investigación, se funda una biblioteca de consulta actualizada para la época, mantiene hacia el estudiantado una actitud de compañerismo, de respeto y sirve de modelo con su conducta ejemplar. Dedicó especial atención a los trabajos de campo, procurando que los estudiantes no solamente estuvieran en contacto con los enfermos en su medio, sino que vieran directamente la realidad socioeconómica del país.

Como profesor dio lo mejor de sí a sus alumnos, quienes siempre lo recuerdan con afecto y admiración. Decía tener un gran conocimiento de nuestro medio, lleno de tantas incongruencias e injusticias. Preparó abundante material, teórico y práctico, para ser utilizado en la docencia universitaria, asesoró numerosos trabajos de investigación para tesis y ascensos de profesores y realizó innumerables viajes al campo, al medio rural en tareas de investigación y de extensión, con asistencia directa a los pobladores de esas zonas. Pensando en las deficiencias de nuestras universidades, decidió participar directamente para impulsar cambios, y así colabora en funciones administrativas en la Universidad de Carabobo, hasta ser electo Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, cargo que desempeñó hasta el día de su muerte. Se preocupó profundamente por los graves problemas que confrontan las universidades en el país, la falta de amor por la Institución de las personas que laboran en su seno, la falta de ética y de principios morales de muchos de sus dirigentes y de cierto número de profesores, el despilfarro de los bienes que deben ser utilizados para mejorar las condiciones docentes y de investigación de nuestras casas de enseñanza superior, la aprobación de privilegios con el único objeto de otorgar prebendas económicas, aún en perjuicio del presupuesto de las universidades. 

Sus ideas en este sentido fueron expuestas en las múltiples conferencias y foros donde participaba y en artículos periodísticos, que aparecen recopilados en dos tomos, titulados: Voces para Sordos II, editados en 1984. En estos artículos hace consideraciones sobre: Universidad, política y politiquería, Investigación en las Universidades y en el área de la salud, Cupo o admisión de nuevos alumnos a las Universidades, Elecciones en las Universidades, Autoridades y sanciones, Formación de personal docente y de investigación, Educación y desarrollo, Sociedad y Universidad, Salud en Venezuela, La Facultad necesaria, Enseñanza de la Medicina, Integración docente asistencial, Enseñanza de Posgrado, el Hospital Universitario, El Venezolano, Corrupción, Paros, Honestidad, Partidos políticos y muchos otros. 

Como investigador, puede considerarse un científico moderno en cuanto a conocimientos y aplicación de la tecnología, pero siempre apegado a la realidad social, económica y cultural de los países del tercer mundo. Junto a un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo, de la Unidad Sanitaria del MSAS del Estado Guárico y del Centro de Investigaciones sobre Enfermedad de Chagas, estudió las enfermedades tropicales más comunes en el medio rural y llama la atención sobre la existencia de la Leishmaniasis visceral en el país, insistiendo en la necesidad de pensar en ella ante cuadros febriles con visceromegalia para poder plantear su diagnóstico y dirigir de manera adecuada su tratamiento. Producto de estas investigaciones publicó varios trabajos científicos en revistas nacionales y extranjeras. Se realizan así importantes estudios sobre la afección, tanto desde el punto de vista clínico, diagnóstico y terapéutico. 

Como epidemiológico, demostrando la importancia del perro (Canis familiaris) como reservorio doméstico extrahumano del Kala-azar. Se ensaya la técnica de reacción de fijación del complemento de sangre disecada en papel de filtro para la ejecución de encuestas epidemiológicas de gran alcance. Se reporta la especie de Phlebotomus longipalpis (Lutzomyia) como probable transmisor de la enfermedad en zonas rurales en Venezuela y se realizan estudios sobre infección experimental del zorro común (Cerdocyon thous) con L. donovani, utilizando cepas obtenidas de perros naturalmente infectados, pensando en posibles reservorios selváticos de la afección. Destaca la extensa distribución geográfica de la enfermedad en Venezuela, así como su baja incidencia en focos endémicos. Logra el aislamiento de L. brasiliensis de sangre de un huésped salvaje, reservorio a través de la inoculación intraperitoneal de hamster. Se interesa también por otras afecciones como la bilharziosis, logrando identificar a la rata común (Rattus rattus) como hospedador natural de Schistosoma mansoni en Venezuela. En otros trabajos sobre esta afección, con investigadores de la Universidad de Carabobo y del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, demuestra aumento de Ig G en el suero de pacientes con Schistosomiasis mansoni, 10 aplica el Radioinmunoensayo enzimático ELISA en la determinación de anticuerpos específicos y comprueba la presencia de anticuerpos inhibidores del crecimiento en sueros de humanos infectados. 

Asimismo, utiliza la reacción de anticuerpos fluorescentes en el diagnóstico de la Schistosomiasis mansoni, con resultados satisfactorios y realiza ensayos con Oxamniquine en el tratamiento oral de la Shistosomiasis. En relación con la enfermedad de Chagas participa en un importante estudio en la población rural del estado Guárico, donde se demuestra un 32,2% de positividad al practicar la reacción de fijación del complemento para el diagnóstico de dicha enfermedad, en 527 pobladores de la región. 

Como vocero científico ante el mundo y los organismos internacionales de Salud, cuestionó y denunció los problemas de salud en los países del tercer mundo, las ayudas financiadas por los entes mundiales que obedecían más al servicio de la política, las técnicas, la farmacopea y la industria de los países desarrollados, que a las grandes necesidades de los pobladores del tercer mundo.

Su preparación académica en Brasil, sus estudios de Medicina Tropical, su capacidad como docente e investigador en Parasitología y su férrea voluntad de trabajo, le permitieron participar en múltiples conferencias, congresos, talleres y seminarios internacionales. Fue por la profundidad de sus ideas, su trabajo como administrador, su solidaridad humana y su vocación de servicio universal en el área de la salud, por lo cual se hizo sentir en los foros mundiales. Entre los años 1976 y 1980 participó en múltiples reuniones mundiales sobre diversos temas de Medicina Tropical y Parasitología, con una actividad destacada, siendo muchas veces el único representante venezolano o latinoamericano en dichos eventos. 

Entre estas actuaciones podemos destacar: Asistencia al 4to Congreso latinoamericano de Parasitología en Costa Rica, en 1976, Consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Profesor invitado a la primera, segunda y tercera Maestría en Salud Pública en México, años 76, 77 y 78; miembro y relator del grupo de trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Enfermedad de Chagas, Buenos Aires (1977), Miembro y Presidente del primer comité directivo sobre Epidemiología y Biología de Vectores y control de la Enfermedad de Chagas, Washington (1978), Presidente del grupo de Trabajo de la OMS para la elaboración de una guía para la investigación multidisciplinaria sobre la Epidemiología de la Enfermedad de Chagas, Brasilia (1979), Presidente del 2° comité directivo sobre Epidemiología y Biología de vectores y control de la enfermedad de Chagas, OMS, Ginebra (1979), como Consultor de OPS y atendiendo invitación del Ministerio de Salud de Cuba conoce y opina sobre la reorganización del Instituto de Medicina Tropical de ese país. La Habana (1978). Además viajó a otras ciudades y países, con el mismo propósito: a Dusseldorf (Alemania), Río de Janeiro, Nigeria, India, Tailandia, Paraguay, Uruguay, París y Londres. En el ámbito internacional siempre hizo un gran esfuerzo para representar, de la mejor manera posible, a la Universidad de Carabobo y a su país. 

Como ser humano Witremundo Torrealba era especial y lo fue así desde corta edad: emprendedor, innovador, siempre quería abrir nuevos caminos, con su sonrisa y permanente buen humor. Era incansable y sus compañeros siempre podían encontrar en él al amigo capaz de escucharlos, de ayudarlos a resolver sus problemas tanto de trabajo como personales. Como padre siempre apoyó a su hijo y mantuvo una estrecha relación con él. Cuando llegaba a algún sitio se sentía que había llegado, tenía un aura especial. 

Fallece a los 45 años de edad, el 14 de julio de 1981, en la Ciudad de Valencia, bajo extrañas circunstancias, el día que culminaba su gestión como decano en la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad de Carabobo. Sus restos reposan en San Juan de los Morros, donde vivió los años de su juventud. Aunque su muerte parece haber obedecido a una arritmia por su padecimiento chagásico, continúa rodeada de misterio y el país aún espera una averiguación definitiva sobre su muerte prematura.

Dr. José Vicente Scorza.

Nace en Caracas el 8 de julio de 1924, siendo el primero de los once hijos procreados de la unión de José Vicente Scorza Cobelli, un tachirense de Táriba, hijo de inmigrantes italianos, con Pascuala Benítez, una hermosa caraqueña, fuerte, dulce y de imponente carácter. Sus primeros años transcurren entre San José y La Pastora, populosas barriadas caraqueñas, en compañía de sus diez hermanos, ocho hembras y dos varones, y la legión de amigos de la infancia, con quienes comparte aventuras, bañándose en las quebradas de Gamboa, que traía aguas desde las faldas del Ávila y en la de Catuche, de La Pastora, debajo del puente Fernando VII, o en el entonces cristalino río Guaire, o en ocasiones protagonizando los llamados "avances de piedra", enfrentamientos típicos entre los muchachos de las mencionadas localidades por imponer su estilo de vida o mostrar su poderío en el tiro de piedra.

De esta misma época y de estos mismos lugares nace este joven con su pasión por el cuidado de los animales que solían merodear el área, y a los que observaba detenidamente, para detectar su comportamiento. Esto último lo complementaba manteniendo en el patio de su casa, en pequeños corrales, los más insólitos especímenes que pudiera conseguir, desde escorpiones hasta Didelphis. También, desde muy pequeño, recibe la influencia cultural de sus padres, reflejada en su pasión por la pintura y por la música, rasgo que lo ha caracterizado hasta el presente.

La educación primaria la recibe Scorza en dos de las escuelas existentes en las parroquias antes mencionadas. Entre el primero y el cuarto grado se forma en la Manuel María Echandia, de la parroquia San José, y el quinto y sexto grado lo cursa en la escuela República del Brasil, en La Pastora, de donde egresa en 1937, cuando contaba 14 años. Concluida la educación primaria, ingresa a la Escuela Normal de Caracas, donde obtiene el título de Maestro Normalista en 1941. Inmediatamente comienza su labor en la escuela República de Panamá, en la que durante el período 1941-1944 se desempeña como maestro de 1ro, 2do y 6to grados. Para ocupar el tiempo libre que le quedaba después de cumplir sus labores de maestro de aula, se registra en el Instituto Pedagógico Nacional, de donde egresa con el título de Profesor de Biología y Química en el año 1945. Antes de culminar sus estudios en el Pedagógico, en 1944, cuando contaba sólo 20 años, contrae nupcias con la joven Sara Ravelo, una guariqueña de Valle de la Pascua, estudiante de Castellano y Literatura en el mismo instituto, y con quien procrea otro José Vicente Scorza, el de la tercera generación.

 Cuando corría el año 1945 es enviado a Maracaibo como profesor de Biología y Química del Liceo Rafael María Baralt, el cual dirigía el insigne poeta marabino Jesús Enrique Lossada, con quien entabló sincera y perdurable amistad. Cuenta Scorza que el referido viaje a la tierra del sol amada duró tres días, a bordo del vapor de Guayana, y que luego de arribar a una ciudad de costumbres distintas a las caraqueñas y recibir el inclemente sol que todo lo calienta, tuvo que acostumbrarse rápidamente a soportar la típica irreverencia maracucha, que se hacía presente en cada acto que seguía a la reverente y casi seglar relación con sus alumnos en el aula de clase. Es así como, concluidas las sesiones de clases matutinas y al filo del mediodía, cuando atravesaba las veredas aledañas al instituto atestadas de estudiantes, fatigado por la combinación del hambre que producían las cinco horas continuas de dictado de clases y el efecto de los rayos del astro rey, situado en todo el medio del azulísimo cielo, el cual producía temperaturas casi insoportables, comenzaba a escuchar voces agudas y solapadas por la complicidad de los grupos, que le gritaban "adiós, profesor Canuto", remoquete que le habían asignado los estudiantes, dada su alta y flaca figura.

Al no darse por aludido, las voces se iban incrementando en intensidad y frecuencia, hasta que, cuando ya a cierta distancia, y casi perdido el esfuerzo del provocador, se escuchaba una voz grave que en un solo gritaba: "... ¡mirá profesor canuto, es con vos!". Todas estas cotidianas bromas fueron interpretadas, a decir de Scorza, como majaderías propias de jóvenes estudiantes que disfrutaban liberando su energía en forma de expresiones irreverentes para con su profesor, a quien respetaban profundamente en su rol de maestro. En el año 1946, acaecida la muerte de su esposa, Scorza deja Maracaibo para regresar a su ciudad natal, donde consigue contrato en el Liceo Fermín Toro como profesor de Biología, en el cual se desempeña hasta 1952. Durante ese período deja profunda huella en la legión de estudiantes que pasan por la Cátedra de Biología, donde se le conocía como el profesor científico que enseñaba a sus discípulos a investigar en los laboratorios de docencia durante los fines de semana y días feriados, con equipos y reactivos que adquirían con los beneficios de las rifas y actos culturales realizados con estudiantes aventajados como José Witremundo Torrealba, Otto Núñez-Montiel y Cecilia Dagert, entre otros.

En el plano personal en ese período, el año 1949, también ocurre otro hecho importante, su segundo enlace matrimonial con otra guariqueña, esta vez de Zaraza, la profesora Carmelina Regio, docente de Biología y Química, con quien procreó tres hijos varones. Aún cuando se sentía muy a gusto con su labor de docente e investigador enseñando a sus muchachos, su disconformidad con el régimen imperante lo obliga a militar en corrientes contrarias al Gobierno. Esta actitud de rebeldía, compartida en los salones de clase con los estudiantes, dura hasta julio de 1952, cuando es destituido por orden del Ministro de Educación de entonces, Simón Becerra, comunicación que refrenda el director de Educación, Héctor Guillermo Villalobos. La razón de la destitución es el haberse inmiscuido en asuntos políticos del Estado venezolano, a juicio de los empleadores del Ministerio de Educación.

Esta destitución le costó a Scorza dos años de cesantía y persecución política. Entre los años 1952 y 1954, buscando alternativas a su cesantía obligada como docente, logra quizás consolidar sus ideas como investigador, al convertirse en fiel colaborador del sabio José Francisco Torrealba, eminente científico venezolano que, a la par de proporcionarle temas interesantes a investigar y/o discutir intelectualmente con el fin de mantener en paz su pasión revolucionaria, le ofrecía un modesto sufragio, suficiente para subsistir. Esta relación permite a Scorza crecer espiritual e intelectualmente, y se decide a incursionar en la academia universitaria, comenzando como ayudante de investigación, pasando luego a asistente de investigación en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela entre 1954 y 1958, obteniendo simultáneamente la Licenciatura de Ciencias en esa misma Facultad en 1957.

Una vez creada la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, Scorza es nombrado su primer director, entre 1958 y 1959, para luego convertirse en su primer Decano electo, en el período 1959-1960. En 1960, año de agitada vida por las múltiples ocupaciones como Decano de la Facultad de Ciencias, investigador activo y comprometido con su militancia política, busca paz espiritual contrayendo matrimonio, por tercera vez, con una joven, guariqueña también, nacida en Altagracia de Orituco, llamada Cecilia Dagert, médico cirujano, ex alumna del Liceo Fermín Toro, con quien conduce varias líneas de investigación y quien lo acompaña y comparte con él todas sus inquietudes políticas. Con Cecilia le nace en Hamburgo su primera hija, a propósito de su visita como profesor al instituto de investigaciones de esa ciudad alemana, completando la familia una prole de dos hijas más y un niño, que pasa a convertirse en el cuarto José Vicente Scorza.

Durante los siguientes años, Scorza combina la investigación científica con la labor de un activo revolucionario, propio de la época, en busca de un cambio profundo que beneficiara al soberano y lo liberara de los insensibles que sólo se ocupaban de acomodar a sus correligionarios y perseguir a quienes los adversaban. Esta intensa vida y todo cuanto significaba se vino abajo abruptamente el 28 de octubre de 1965, cuando fue apresado, acusado de terrorista y recluido en la Cárcel Modelo de Caracas. Esta reclusión se prolongó hasta el año 1967. Concluida su condena, viaja a Inglaterra con el pretexto de culminar sus estudios doctorales, bajo la conducción del eminente profesor PCG Garnham, quien dirigía para ese entonces la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Finalizado el compromiso en tierras británicas, Scorza se traslada a la Universidad de Los Andes, en Mérida, por encarecida solicitud de su rector, don Pedro Rincón Gutiérrez, para que le ayudara a consolidar la idea de crear la Facultad de Ciencias en esa Alma Máter, en compañía de su entrañable Alonso Gamero. Scorza no sólo acepta, sino que establece su quehacer científico en Los Andes venezolanos, creando centros de investigación en las ciudades de Mérida y Trujillo, guiando a las nuevas generaciones de parasitólogos con el mismo entusiasmo con el que guiaba a sus muchachos en el Liceo Fermín Toro o enseñaba a los niños de la escuela primaria República de Panamá hace sesenta años.

Instituto Experimental "José Witremundo Torreaba" del Estado Trujillo.

Fue creado en 1982 y dirigido por el reconocido Biólogo Venezolano Dr. José Vicente Scorza. Este Instituto se dedica al estudio de la estructura ecológica-social y al control de endemias metaxenicas de origen parasitario del medio rural venezolano. A los pocos meses de instalado, se percato de la real existencia de la transmisión urbana e intra-domiciliar de leishmaniasis, en la propia capital del Estado Trujillo, al confirmar la presencia de casos clínicos autóctonos en el área urbana, lo que condujo al desarrollo de una consulta externa para leishmaniasis en la sede de este Instituto, que dio origen al Consultorio popular “Dr. José Witremundo Torrealba” donde hoy en día se atienden consultas en Medicina Tropical. Fue nombrado así en honor al científico Venezolano del mismo nombre, que llevo a cabo trabajos de investigación en el Estado Trujillo.

Por hallarse enfrentado directo e inmediatamente con graves problemas de salud pública como la Leishmaniasis, Malaria, Chagas, Encefalitis Equina, Dengue, Parasitosis Intestinal, Ectoparásitos (sarna, piojos), desde esta institución se investiga desde el seno de las comunidades, desde el punto de vista geográfico, climático, biótico las relaciones con la demografía y sus problemas económicos, el desarrollo actual, los factores que condicionan tales endemias salientes o manifestadas. Presta especial atención a las enfermedades producidas por parásitos, transmitidas por antrópodos (insectos) que, como la Helmintiasis, tienen alta incidencia y prevalencia, además realizan especial énfasis en los factores ambientales que condicionan la producción de síndromes o conjunto de dolencias regulados por factores ecológicos comunes, investigan instrumentos y procedimientos no dependientes del factor económico y de la importancia de insumos y tecnologías que instruyen a la gente para capacitarlos y utilizarlos racionalmente. El Instituto finalmente, es también una estación de campo para actividades de investigación, docencia y extensión de otros planteles de enseñanza superior de Venezuela y es sede de un programa de postgrado con Especialización, Maestría y Doctorado.

OBJETIVOS:
1.     
 -Realizar investigaciones científicas en el campo de las enfermedades tropicales.
2-Formar recursos en la disciplina del control y prevención de las enfermedades transmitidas por vectores.
3-Servir de instituto de referencia y control de calidad en el área de diagnóstico y tratamiento de la Leishmaniasis así como en la Serología de Chagas, Dengue y enfermedades trasmitidas por alimentos.
-Asesorar tesis de pre y postgrado a estudiantes de carreras relacionadas con enfermedades tropicales.
5. Realizar intercambios científicos con instituciones nacionales e internacionales.
6.Realizar consultas e interconsultas de protozoosis, micosis y otras parasitosis.
7. Ser vocero de los problemas sanitarios en las comunidades y ente promocionador de la calidad de vida.

DOCENCIA:

El Instituto “J. W. Torrealba” ofrece desde su origen, cursos cortos de capacitación, actualización y de mejoramiento, que fueron el punto de partida para un programa de Postgrado que hoy desarrolla cursos cortos no conducentes a grado académico y cursos conducentes a grado académico, entre ellos la Maestría en Protozoología, maestría con XI cohortes cuyo rendimiento en graduandos, ha sido de 95% y, Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas Fundamentales, mención Parasitología y Enfermedades Tropicales (Convenio con la Facultad de Medicina de la UL.A., Mérida). También se abrió la Especialización en Educación para la Salud Comunitaria. Ofrece además este Instituto, la oportunidad de intercambios de estudiantes y docentes con otras instituciones nacionales e internacionales, pasantías y realización de tesis de pregrado y postgrado. La pertinencia de los temas estudiados concierne a la realidad social y epidemiológica nacional.

EXTENSIÓN:

Su proximidad a las distintas localidades y sus problemáticas ha hecho necesario elaborar herramientas docentes actualizadas que permitan la captación fácil y rápida de mensajes, según el auditorio, de allí que el Instituto edite la serie monográfica anual Talleres, las Cartillas Técnicas, manuales, videos, hipertextos, sistemas expertos y dibujos animados.

INVESTIGACIÓN:

En 1982 se inició la línea de investigación en leishmaniasis, logros más importantes han sido la síntesis de un antimonial y casi 3000 pacientes diagnosticados y tratados con diferentes esquemas terapéuticos. Conjuntamente se continuó el estudio epidemiológico de la tripanosomiasis americana, siendo hoy en día un fuerte lazo interhospitalario para el diagnóstico serológico y relaciones con las comunidades para el control intradomiciliario de triatominos. En 1983 un brote epidémico de Malaria nos introdujo en el estudio de los criaderos de Culícidae agregándose desde 1989, la problemática de Aedes aegypti y Dengue. La taxonomía clásica permite la identificación de los vectores estudiados, algunos colonizados para el estudio genético y de diversidad geográfica en convenio con otras instituciones nacionales.

El consenso sobre la necesidad de mejorar las técnicas de control y vigilancia entomológica, nos ha permitido desarrollar las líneas de control químico, biológico e integrado desde 1990 incluyendo ectoparasitosis. En este rubro, un repelente para mosquitos y flebotominos, un shampoo anti piojos, una loción escabicida y la determinación de dosis diagnósticas letales y resistencia a los insecticidas son las mejores referencias. Finalmente la solicitud de asociaciones educativas y de vecinos nos acercó al campo de participación comunitaria donde la calidad de vida y la prevención, han sido banderas para diversos programas con preescolares en educación no convencional, con madres cuidadoras y otras instituciones similares.

La construcción de filtros de arena para calidad de agua, el cultivo de entomopatógenos y de esfuerzos por cultivar de moscas comunes, y su control en abonos con gallinazo son las más recientes líneas de trabajo, sin olvidar los avances en Biología Molecular, Terapias complementarias y la inocuidad de alimentos.

CONTACTOS:
Dirección: Universidad de Los Andes. Núcleo Universitario Rafael Rangel (NURR) .Av. Medina Angarita Sector Carmona, frente al Parque Los Ilustres. Trujillo Estado Trujillo. Venezuela
Teléfono: 0272 2363503
Fax: 0272 2363503
E-mail: iejwt@ula.ve
Sitio Web: http://www.saber.ula.ve/jwt/
Responsable: Dr. José Vicente Scorza
Contacto: Dra. Elina Rojas/Rosa Montilla
E-mail: elina@ula.ve; elinarojas@yahoo.com

FUENTES DE CONSULTA.
En la web.
Añez, N. (s.f.). José Vicente Scorza. Recuperado de http://www.cazadoresdemicrobios.com.ve/consulta_biografia.php?id_biografia=138
Torrealba R., Torrealba J. R., Torrealba A. B. y Torrealba A. T. (s.f.). José Witremundo Torrealba. Recuperado de http://www.cazadoresdemicrobios.com.ve/consulta_biografia.php?id_biografia=173

Repositorio Institucional de La Universidad de Los Andes. (s.f.). Instituto Experimental José Witremundo Torrealba. Descargado en http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/15180


Bibliográficas.

Navas Gabriela. Vitae. Academia Biomédica Digital. Personaje Witremundo Torrealba. (Ucv.ve. Caibco. Visite Vitae) N° 3, febrero-abril 2000.

Colmenares Rodríguez Tulio. Semblanza de un Visionario. En Voces para Sordos II. Volumen II. Pag. 521-23. 1ra. Edición (1984).

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