Dr. José Witremundo
Torrealba.
Chacoys Perez
Es el tercero de los doce hijos del Dr. José
Francisco Torrealba y de Doña Rosa Tovar de Torrealba. Nació en Zaraza, estado
Guárico, el 3 de noviembre de 1935. Realiza sus estudios de primaria en la
Escuela "Francisco Aranda" de San Juan de los Morros, lugar donde la
familia Torrealba Tovar se había mudado a finales de 1941, en búsqueda de
mejores condiciones para el ya numeroso grupo familiar.
En esa misma ciudad estudia hasta tercer año
de educación secundaria en el Liceo "Juan Germán Roscio" y culmina sus
estudios de bachillerato en Caracas, en el Liceo "Fermín Toro". Para
esa fecha, 1954, la Universidad Central de Venezuela funciona irregularmente
por presiones políticas y decide viajar al exterior, a realizar estudios de
Medicina en la Universidad de Sao Paulo, Brasil, una de las mejores y más
exigentes de la época, donde pronto se destaca por su dedicación al estudio y
despierta la admiración de compañeros y profesores, entre ellos los expertos
parasitólogos el Dr. Dacio Franco Do Amaral y el Dr. Luis Rey. Se gradúa de
Médico Cirujano en 1959, con excelentes calificaciones y varias distinciones.
Realiza estudios de Medicina Tropical en la Universidad de Sao Paulo, antes de
volver al país en 1960, cuando revalida su título de Médico Cirujano en la
Universidad Central de Venezuela.
En 1970 obtiene el título de Doctor en la
Facultad de Medicina de la misma universidad, para lo cual presenta la tesis:
"Observaciones sobre Diagnóstico, Terapéutica y Evolución de la
Leishmaniasis visceral humana y canina". Contrae matrimonio con la Dra.
Junia Chaves, brasileña, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad
de Carabobo, de cuya unión nace su hijo Carlos Francisco.
Su obra podemos considerarla desde tres áreas
específicas, en el terreno universitario, en el campo de la investigación y
como vocero científico ante el mundo. En todas ellas se destaca por su elevada
condición humana, su gran preocupación por las injusticias sociales y por las
condiciones de la educación en el país. Como universitario, poseía una sólida
formación científica para impartir el conocimiento y dotes especiales como
pedagogo, además de una profunda preocupación por el funcionamiento de nuestras
universidades. Desde el año 1960 se incorpora como profesor en la Cátedra de
Parasitología de la Universidad de Carabobo, junto al profesor Antonio Dacio
Franco Do Amaral, quien había venido al país a fundar el Departamento de
Parasitología en dicha Universidad. Se dedica a la actividad docente con
apasionado entusiasmo y pasa a desempeñarse como jefe de la Cátedra de
Parasitología en 1964. Aquí impulsa y moderniza la enseñanza en el área, se
crean laboratorios de investigación, se funda una biblioteca de consulta
actualizada para la época, mantiene hacia el estudiantado una actitud de compañerismo,
de respeto y sirve de modelo con su conducta ejemplar. Dedicó especial atención
a los trabajos de campo, procurando que los estudiantes no solamente estuvieran
en contacto con los enfermos en su medio, sino que vieran directamente la
realidad socioeconómica del país.
Como profesor dio lo mejor de sí a sus
alumnos, quienes siempre lo recuerdan con afecto y admiración. Decía tener un
gran conocimiento de nuestro medio, lleno de tantas incongruencias e
injusticias. Preparó abundante material, teórico y práctico, para ser utilizado
en la docencia universitaria, asesoró numerosos trabajos de investigación para
tesis y ascensos de profesores y realizó innumerables viajes al campo, al medio
rural en tareas de investigación y de extensión, con asistencia directa a los
pobladores de esas zonas. Pensando en las deficiencias de nuestras
universidades, decidió participar directamente para impulsar cambios, y así
colabora en funciones administrativas en la Universidad de Carabobo, hasta ser
electo Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, cargo que desempeñó hasta
el día de su muerte. Se preocupó profundamente por los graves problemas que
confrontan las universidades en el país, la falta de amor por la Institución de
las personas que laboran en su seno, la falta de ética y de principios morales
de muchos de sus dirigentes y de cierto número de profesores, el despilfarro de
los bienes que deben ser utilizados para mejorar las condiciones docentes y de
investigación de nuestras casas de enseñanza superior, la aprobación de
privilegios con el único objeto de otorgar prebendas económicas, aún en
perjuicio del presupuesto de las universidades.
Sus ideas en este sentido fueron expuestas en
las múltiples conferencias y foros donde participaba y en artículos
periodísticos, que aparecen recopilados en dos tomos, titulados: Voces para
Sordos II, editados en 1984. En estos artículos hace consideraciones sobre:
Universidad, política y politiquería, Investigación en las Universidades y en
el área de la salud, Cupo o admisión de nuevos alumnos a las Universidades,
Elecciones en las Universidades, Autoridades y sanciones, Formación de personal
docente y de investigación, Educación y desarrollo, Sociedad y Universidad,
Salud en Venezuela, La Facultad necesaria, Enseñanza de la Medicina,
Integración docente asistencial, Enseñanza de Posgrado, el Hospital
Universitario, El Venezolano, Corrupción, Paros, Honestidad, Partidos políticos
y muchos otros.
Como investigador, puede considerarse un
científico moderno en cuanto a conocimientos y aplicación de la tecnología,
pero siempre apegado a la realidad social, económica y cultural de los países
del tercer mundo. Junto a un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias
de la Salud de la Universidad de Carabobo, de la Unidad Sanitaria del MSAS del
Estado Guárico y del Centro de Investigaciones sobre Enfermedad de Chagas,
estudió las enfermedades tropicales más comunes en el medio rural y llama la
atención sobre la existencia de la Leishmaniasis visceral en el país,
insistiendo en la necesidad de pensar en ella ante cuadros febriles con
visceromegalia para poder plantear su diagnóstico y dirigir de manera adecuada
su tratamiento. Producto de estas investigaciones publicó varios trabajos
científicos en revistas nacionales y extranjeras. Se realizan así importantes
estudios sobre la afección, tanto desde el punto de vista clínico, diagnóstico
y terapéutico.
Como epidemiológico, demostrando la
importancia del perro (Canis familiaris) como reservorio doméstico extrahumano
del Kala-azar. Se ensaya la técnica de reacción de fijación del complemento de
sangre disecada en papel de filtro para la ejecución de encuestas
epidemiológicas de gran alcance. Se reporta la especie de Phlebotomus
longipalpis (Lutzomyia) como probable transmisor de la enfermedad en zonas
rurales en Venezuela y se realizan estudios sobre infección experimental del
zorro común (Cerdocyon thous) con L. donovani, utilizando cepas obtenidas de
perros naturalmente infectados, pensando en posibles reservorios selváticos de
la afección. Destaca la extensa distribución geográfica de la enfermedad en
Venezuela, así como su baja incidencia en focos endémicos. Logra el aislamiento
de L. brasiliensis de sangre de un huésped salvaje, reservorio a través de la
inoculación intraperitoneal de hamster. Se interesa también por otras
afecciones como la bilharziosis, logrando identificar a la rata común (Rattus
rattus) como hospedador natural de Schistosoma mansoni en Venezuela. En otros
trabajos sobre esta afección, con investigadores de la Universidad de Carabobo
y del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, demuestra aumento de
Ig G en el suero de pacientes con Schistosomiasis mansoni, 10 aplica el
Radioinmunoensayo enzimático ELISA en la determinación de anticuerpos
específicos y comprueba la presencia de anticuerpos inhibidores del crecimiento
en sueros de humanos infectados.
Asimismo, utiliza la reacción de anticuerpos
fluorescentes en el diagnóstico de la Schistosomiasis mansoni, con resultados
satisfactorios y realiza ensayos con Oxamniquine en el tratamiento oral de la
Shistosomiasis. En relación con la enfermedad de Chagas participa en un
importante estudio en la población rural del estado Guárico, donde se demuestra
un 32,2% de positividad al practicar la reacción de fijación del complemento
para el diagnóstico de dicha enfermedad, en 527 pobladores de la región.
Como vocero científico ante el mundo y los
organismos internacionales de Salud, cuestionó y denunció los problemas de
salud en los países del tercer mundo, las ayudas financiadas por los entes
mundiales que obedecían más al servicio de la política, las técnicas, la
farmacopea y la industria de los países desarrollados, que a las grandes
necesidades de los pobladores del tercer mundo.
Su preparación académica en Brasil, sus
estudios de Medicina Tropical, su capacidad como docente e investigador en
Parasitología y su férrea voluntad de trabajo, le permitieron participar en
múltiples conferencias, congresos, talleres y seminarios internacionales. Fue
por la profundidad de sus ideas, su trabajo como administrador, su solidaridad
humana y su vocación de servicio universal en el área de la salud, por lo cual
se hizo sentir en los foros mundiales. Entre los años 1976 y 1980 participó en
múltiples reuniones mundiales sobre diversos temas de Medicina Tropical y
Parasitología, con una actividad destacada, siendo muchas veces el único
representante venezolano o latinoamericano en dichos eventos.
Entre estas actuaciones podemos destacar:
Asistencia al 4to Congreso latinoamericano de Parasitología en Costa Rica, en
1976, Consultor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Profesor
invitado a la primera, segunda y tercera Maestría en Salud Pública en México,
años 76, 77 y 78; miembro y relator del grupo de trabajo de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) sobre Enfermedad de Chagas, Buenos Aires (1977),
Miembro y Presidente del primer comité directivo sobre Epidemiología y Biología
de Vectores y control de la Enfermedad de Chagas, Washington (1978), Presidente
del grupo de Trabajo de la OMS para la elaboración de una guía para la
investigación multidisciplinaria sobre la Epidemiología de la Enfermedad de
Chagas, Brasilia (1979), Presidente del 2° comité directivo sobre Epidemiología
y Biología de vectores y control de la enfermedad de Chagas, OMS, Ginebra
(1979), como Consultor de OPS y atendiendo invitación del Ministerio de Salud
de Cuba conoce y opina sobre la reorganización del Instituto de Medicina
Tropical de ese país. La Habana (1978). Además viajó a otras ciudades y países,
con el mismo propósito: a Dusseldorf (Alemania), Río de Janeiro, Nigeria,
India, Tailandia, Paraguay, Uruguay, París y Londres. En el ámbito
internacional siempre hizo un gran esfuerzo para representar, de la mejor
manera posible, a la Universidad de Carabobo y a su país.
Como ser humano Witremundo Torrealba era
especial y lo fue así desde corta edad: emprendedor, innovador, siempre quería
abrir nuevos caminos, con su sonrisa y permanente buen humor. Era incansable y
sus compañeros siempre podían encontrar en él al amigo capaz de escucharlos, de
ayudarlos a resolver sus problemas tanto de trabajo como personales. Como padre
siempre apoyó a su hijo y mantuvo una estrecha relación con él. Cuando llegaba
a algún sitio se sentía que había llegado, tenía un aura especial.
Fallece a los 45 años de edad, el 14 de julio
de 1981, en la Ciudad de Valencia, bajo extrañas circunstancias, el día que
culminaba su gestión como decano en la Facultad de Ciencias de la Salud en la
Universidad de Carabobo. Sus restos reposan en San Juan de los Morros, donde
vivió los años de su juventud. Aunque su muerte parece haber obedecido a una
arritmia por su padecimiento chagásico, continúa rodeada de misterio y el país
aún espera una averiguación definitiva sobre su muerte prematura.
Dr. José Vicente
Scorza.
Nace en Caracas el 8 de julio de 1924, siendo
el primero de los once hijos procreados de la unión de José Vicente Scorza
Cobelli, un tachirense de Táriba, hijo de inmigrantes italianos, con Pascuala
Benítez, una hermosa caraqueña, fuerte, dulce y de imponente carácter. Sus
primeros años transcurren entre San José y La Pastora, populosas barriadas
caraqueñas, en compañía de sus diez hermanos, ocho hembras y dos varones, y la
legión de amigos de la infancia, con quienes comparte aventuras, bañándose en
las quebradas de Gamboa, que traía aguas desde las faldas del Ávila y en la de
Catuche, de La Pastora, debajo del puente Fernando VII, o en el entonces
cristalino río Guaire, o en ocasiones protagonizando los llamados "avances
de piedra", enfrentamientos típicos entre los muchachos de las mencionadas
localidades por imponer su estilo de vida o mostrar su poderío en el tiro de
piedra.
De esta misma época y de estos mismos lugares
nace este joven con su pasión por el cuidado de los animales que solían
merodear el área, y a los que observaba detenidamente, para detectar su
comportamiento. Esto último lo complementaba manteniendo en el patio de su
casa, en pequeños corrales, los más insólitos especímenes que pudiera
conseguir, desde escorpiones hasta Didelphis. También, desde muy pequeño,
recibe la influencia cultural de sus padres, reflejada en su pasión por la
pintura y por la música, rasgo que lo ha caracterizado hasta el presente.
La educación primaria la recibe Scorza en dos
de las escuelas existentes en las parroquias antes mencionadas. Entre el
primero y el cuarto grado se forma en la Manuel María Echandia, de la parroquia
San José, y el quinto y sexto grado lo cursa en la escuela República del
Brasil, en La Pastora, de donde egresa en 1937, cuando contaba 14 años.
Concluida la educación primaria, ingresa a la Escuela Normal de Caracas, donde
obtiene el título de Maestro Normalista en 1941. Inmediatamente comienza su
labor en la escuela República de Panamá, en la que durante el período 1941-1944
se desempeña como maestro de 1ro, 2do y 6to grados. Para ocupar el tiempo libre
que le quedaba después de cumplir sus labores de maestro de aula, se registra
en el Instituto Pedagógico Nacional, de donde egresa con el título de Profesor
de Biología y Química en el año 1945. Antes de culminar sus estudios en el
Pedagógico, en 1944, cuando contaba sólo 20 años, contrae nupcias con la joven
Sara Ravelo, una guariqueña de Valle de la Pascua, estudiante de Castellano y
Literatura en el mismo instituto, y con quien procrea otro José Vicente Scorza,
el de la tercera generación.
Cuando
corría el año 1945 es enviado a Maracaibo como profesor de Biología y Química
del Liceo Rafael María Baralt, el cual dirigía el insigne poeta marabino Jesús
Enrique Lossada, con quien entabló sincera y perdurable amistad. Cuenta Scorza
que el referido viaje a la tierra del sol amada duró tres días, a bordo del
vapor de Guayana, y que luego de arribar a una ciudad de costumbres distintas a
las caraqueñas y recibir el inclemente sol que todo lo calienta, tuvo que
acostumbrarse rápidamente a soportar la típica irreverencia maracucha, que se
hacía presente en cada acto que seguía a la reverente y casi seglar relación
con sus alumnos en el aula de clase. Es así como, concluidas las sesiones de
clases matutinas y al filo del mediodía, cuando atravesaba las veredas aledañas
al instituto atestadas de estudiantes, fatigado por la combinación del hambre
que producían las cinco horas continuas de dictado de clases y el efecto de los
rayos del astro rey, situado en todo el medio del azulísimo cielo, el cual
producía temperaturas casi insoportables, comenzaba a escuchar voces agudas y
solapadas por la complicidad de los grupos, que le gritaban "adiós,
profesor Canuto", remoquete que le habían asignado los estudiantes, dada
su alta y flaca figura.
Al no darse por aludido, las voces se iban
incrementando en intensidad y frecuencia, hasta que, cuando ya a cierta
distancia, y casi perdido el esfuerzo del provocador, se escuchaba una voz
grave que en un solo gritaba: "... ¡mirá profesor canuto, es con
vos!". Todas estas cotidianas bromas fueron interpretadas, a decir de
Scorza, como majaderías propias de jóvenes estudiantes que disfrutaban
liberando su energía en forma de expresiones irreverentes para con su profesor,
a quien respetaban profundamente en su rol de maestro. En el año 1946, acaecida
la muerte de su esposa, Scorza deja Maracaibo para regresar a su ciudad natal,
donde consigue contrato en el Liceo Fermín Toro como profesor de Biología, en
el cual se desempeña hasta 1952. Durante ese período deja profunda huella en la
legión de estudiantes que pasan por la Cátedra de Biología, donde se le conocía
como el profesor científico que enseñaba a sus discípulos a investigar en los laboratorios
de docencia durante los fines de semana y días feriados, con equipos y
reactivos que adquirían con los beneficios de las rifas y actos culturales
realizados con estudiantes aventajados como José Witremundo Torrealba, Otto
Núñez-Montiel y Cecilia Dagert, entre otros.
En el plano personal en ese período, el año
1949, también ocurre otro hecho importante, su segundo enlace matrimonial con
otra guariqueña, esta vez de Zaraza, la profesora Carmelina Regio, docente de
Biología y Química, con quien procreó tres hijos varones. Aún cuando se sentía
muy a gusto con su labor de docente e investigador enseñando a sus muchachos,
su disconformidad con el régimen imperante lo obliga a militar en corrientes
contrarias al Gobierno. Esta actitud de rebeldía, compartida en los salones de
clase con los estudiantes, dura hasta julio de 1952, cuando es destituido por
orden del Ministro de Educación de entonces, Simón Becerra, comunicación que
refrenda el director de Educación, Héctor Guillermo Villalobos. La razón de la
destitución es el haberse inmiscuido en asuntos políticos del Estado
venezolano, a juicio de los empleadores del Ministerio de Educación.
Esta destitución le costó a Scorza dos años
de cesantía y persecución política. Entre los años 1952 y 1954, buscando
alternativas a su cesantía obligada como docente, logra quizás consolidar sus
ideas como investigador, al convertirse en fiel colaborador del sabio José
Francisco Torrealba, eminente científico venezolano que, a la par de
proporcionarle temas interesantes a investigar y/o discutir intelectualmente
con el fin de mantener en paz su pasión revolucionaria, le ofrecía un modesto
sufragio, suficiente para subsistir. Esta relación permite a Scorza crecer
espiritual e intelectualmente, y se decide a incursionar en la academia
universitaria, comenzando como ayudante de investigación, pasando luego a
asistente de investigación en la Facultad de Ingeniería de la Universidad
Central de Venezuela entre 1954 y 1958, obteniendo simultáneamente la
Licenciatura de Ciencias en esa misma Facultad en 1957.
Una vez creada la Facultad de Ciencias de la
Universidad Central de Venezuela, Scorza es nombrado su primer director, entre
1958 y 1959, para luego convertirse en su primer Decano electo, en el período
1959-1960. En 1960, año de agitada vida por las múltiples ocupaciones como
Decano de la Facultad de Ciencias, investigador activo y comprometido con su
militancia política, busca paz espiritual contrayendo matrimonio, por tercera
vez, con una joven, guariqueña también, nacida en Altagracia de Orituco, llamada
Cecilia Dagert, médico cirujano, ex alumna del Liceo Fermín Toro, con quien
conduce varias líneas de investigación y quien lo acompaña y comparte con él
todas sus inquietudes políticas. Con Cecilia le nace en Hamburgo su primera
hija, a propósito de su visita como profesor al instituto de investigaciones de
esa ciudad alemana, completando la familia una prole de dos hijas más y un
niño, que pasa a convertirse en el cuarto José Vicente Scorza.
Durante los siguientes años, Scorza combina
la investigación científica con la labor de un activo revolucionario, propio de
la época, en busca de un cambio profundo que beneficiara al soberano y lo
liberara de los insensibles que sólo se ocupaban de acomodar a sus
correligionarios y perseguir a quienes los adversaban. Esta intensa vida y todo
cuanto significaba se vino abajo abruptamente el 28 de octubre de 1965, cuando
fue apresado, acusado de terrorista y recluido en la Cárcel Modelo de Caracas.
Esta reclusión se prolongó hasta el año 1967. Concluida su condena, viaja a
Inglaterra con el pretexto de culminar sus estudios doctorales, bajo la
conducción del eminente profesor PCG Garnham, quien dirigía para ese entonces
la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Finalizado el compromiso en tierras
británicas, Scorza se traslada a la Universidad de Los Andes, en Mérida, por
encarecida solicitud de su rector, don Pedro Rincón Gutiérrez, para que le
ayudara a consolidar la idea de crear la Facultad de Ciencias en esa Alma
Máter, en compañía de su entrañable Alonso Gamero. Scorza no sólo acepta, sino
que establece su quehacer científico en Los Andes venezolanos, creando centros
de investigación en las ciudades de Mérida y Trujillo, guiando a las nuevas
generaciones de parasitólogos con el mismo entusiasmo con el que guiaba a sus
muchachos en el Liceo Fermín Toro o enseñaba a los niños de la escuela primaria
República de Panamá hace sesenta años.
Instituto
Experimental "José Witremundo Torreaba" del Estado Trujillo.
Fue creado en 1982 y dirigido por el
reconocido Biólogo Venezolano Dr. José Vicente Scorza. Este Instituto se dedica
al estudio de la estructura ecológica-social y al control de endemias
metaxenicas de origen parasitario del medio rural venezolano. A los pocos meses
de instalado, se percato de la real existencia de la transmisión urbana e
intra-domiciliar de leishmaniasis, en la propia capital del Estado Trujillo, al
confirmar la presencia de casos clínicos autóctonos en el área urbana, lo que
condujo al desarrollo de una consulta externa para leishmaniasis en la sede de
este Instituto, que dio origen al Consultorio popular “Dr. José Witremundo
Torrealba” donde hoy en día se atienden consultas en Medicina Tropical. Fue
nombrado así en honor al científico Venezolano del mismo nombre, que llevo a
cabo trabajos de investigación en el Estado Trujillo.
Por hallarse enfrentado directo e
inmediatamente con graves problemas de salud
pública como la Leishmaniasis, Malaria, Chagas, Encefalitis Equina, Dengue, Parasitosis Intestinal,
Ectoparásitos (sarna, piojos), desde esta institución se investiga desde el
seno de las comunidades, desde el punto de vista geográfico, climático, biótico las relaciones con la
demografía y sus problemas económicos, el
desarrollo actual, los factores que condicionan tales endemias salientes o manifestadas. Presta especial atención
a las enfermedades producidas por parásitos,
transmitidas por antrópodos (insectos) que, como la Helmintiasis, tienen alta incidencia y prevalencia,
además realizan especial énfasis en los factores
ambientales que condicionan la producción de síndromes o conjunto de dolencias regulados por factores
ecológicos comunes, investigan instrumentos
y procedimientos no dependientes del factor económico y de la importancia de insumos y tecnologías
que instruyen a la gente para capacitarlos
y utilizarlos racionalmente. El Instituto finalmente, es también una estación de campo para actividades
de investigación, docencia y extensión
de otros planteles de enseñanza superior de Venezuela y es sede de un programa de postgrado con
Especialización, Maestría y Doctorado.
OBJETIVOS:
1.
-Realizar investigaciones científicas en el campo de
las enfermedades tropicales.
2-Formar recursos en la disciplina del control y
prevención de las enfermedades transmitidas por vectores.
3-Servir de instituto de referencia y control de
calidad en el área de diagnóstico y tratamiento de la Leishmaniasis así como en
la Serología de Chagas, Dengue y enfermedades trasmitidas por alimentos.
-Asesorar tesis de pre y postgrado a estudiantes de
carreras relacionadas con enfermedades tropicales.
5. Realizar intercambios científicos con instituciones
nacionales e internacionales.
6.Realizar consultas e interconsultas de protozoosis,
micosis y otras parasitosis.
7. Ser vocero de los problemas sanitarios en las
comunidades y ente promocionador de la calidad de vida.
DOCENCIA:
El Instituto “J. W. Torrealba” ofrece desde
su origen, cursos cortos de capacitación, actualización y de
mejoramiento, que fueron el punto de partida para un programa de
Postgrado que hoy desarrolla cursos cortos no conducentes a grado
académico y cursos conducentes a grado académico, entre ellos la
Maestría en Protozoología, maestría con XI cohortes cuyo rendimiento en
graduandos, ha sido de 95% y, Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas
Fundamentales, mención Parasitología y Enfermedades Tropicales (Convenio
con la Facultad de Medicina de la UL.A., Mérida). También se abrió la
Especialización en Educación para la Salud Comunitaria. Ofrece además
este Instituto, la oportunidad de intercambios de estudiantes y docentes
con otras instituciones nacionales e internacionales, pasantías y
realización de tesis de pregrado y postgrado. La pertinencia de los
temas estudiados concierne a la realidad social y epidemiológica
nacional.
EXTENSIÓN:
Su proximidad a las distintas localidades y
sus problemáticas ha hecho necesario elaborar herramientas docentes
actualizadas que permitan la captación fácil y rápida de mensajes, según
el auditorio, de allí que el Instituto edite la serie monográfica anual
Talleres, las Cartillas Técnicas, manuales, videos, hipertextos,
sistemas expertos y dibujos animados.
INVESTIGACIÓN:
En 1982 se inició la línea de investigación
en leishmaniasis, logros más importantes han sido la síntesis de un
antimonial y casi 3000 pacientes diagnosticados y tratados con
diferentes esquemas terapéuticos. Conjuntamente se continuó el estudio
epidemiológico de la tripanosomiasis americana, siendo hoy en día un
fuerte lazo interhospitalario para el diagnóstico serológico y
relaciones con las comunidades para el control intradomiciliario de
triatominos. En 1983 un brote epidémico de Malaria nos introdujo en el
estudio de los criaderos de Culícidae agregándose desde 1989, la
problemática de Aedes aegypti y Dengue. La taxonomía clásica permite la
identificación de los vectores estudiados, algunos colonizados para el
estudio genético y de diversidad geográfica en convenio con otras
instituciones nacionales.
El consenso sobre la necesidad de mejorar las
técnicas de control y vigilancia entomológica, nos ha permitido desarrollar
las líneas de control químico, biológico e integrado desde 1990
incluyendo ectoparasitosis. En este rubro, un repelente para mosquitos y
flebotominos, un shampoo anti piojos, una loción escabicida y la
determinación de dosis diagnósticas letales y resistencia a los
insecticidas son las mejores referencias. Finalmente la solicitud de
asociaciones educativas y de vecinos nos acercó al campo de
participación comunitaria donde la calidad de vida y la prevención, han
sido banderas para diversos programas con preescolares en educación no
convencional, con madres cuidadoras y otras instituciones similares.
La construcción de filtros de arena para
calidad de agua, el cultivo de entomopatógenos y de esfuerzos por
cultivar de moscas comunes, y su control en abonos con gallinazo son las
más recientes líneas de trabajo, sin olvidar los avances en Biología
Molecular, Terapias complementarias y la inocuidad de alimentos.
CONTACTOS:
Dirección: Universidad de Los
Andes. Núcleo Universitario Rafael Rangel (NURR) .Av. Medina Angarita Sector
Carmona, frente al Parque Los Ilustres. Trujillo Estado Trujillo. Venezuela
Teléfono: 0272 2363503
Fax: 0272 2363503
E-mail: iejwt@ula.ve
Sitio Web: http://www.saber.ula.ve/jwt/
Responsable: Dr. José Vicente
Scorza
Contacto: Dra. Elina
Rojas/Rosa Montilla
FUENTES
DE CONSULTA.
En la
web.
Añez, N. (s.f.). José Vicente Scorza.
Recuperado de http://www.cazadoresdemicrobios.com.ve/consulta_biografia.php?id_biografia=138
Torrealba R., Torrealba J. R.,
Torrealba A. B. y Torrealba A. T. (s.f.). José Witremundo
Torrealba. Recuperado de http://www.cazadoresdemicrobios.com.ve/consulta_biografia.php?id_biografia=173
Repositorio Institucional de La Universidad de Los Andes. (s.f.). Instituto Experimental José Witremundo Torrealba. Descargado en http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/15180
Bibliográficas.
Navas Gabriela. Vitae. Academia Biomédica Digital. Personaje Witremundo
Torrealba. (Ucv.ve. Caibco. Visite Vitae) N° 3, febrero-abril 2000.
Colmenares Rodríguez Tulio. Semblanza de un Visionario. En Voces para
Sordos II. Volumen II. Pag. 521-23. 1ra. Edición (1984).
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