lunes, 24 de octubre de 2016

Pedro Rincón Gutiérrez.
José Barreto


En nuestra Universidad de los Andes es relativamente fácil encontrar Lugares, acontecimientos y personajes insignes o como mínimo muy relevantes para la trayectoria de esta casa de estudios que posee más de 200 años, no así para el Núcleo Universitario Rafael Rangel que acumula menos de 50 años de trayectoria, aun así existen figuras clave que han definido trascendentalmente la evolución de la Universidad tanto en la sede principal, como en todos los núcleos y casas de estudio secundarios, uno de estos personajes icónicos es nada menos y nada más que Pedro Rincón Gutiérrez.
Su nombre completo es Pedro Ángel de Jesús Rincón Gutiérrez, es a mi parecer de las figuras más trascendentales para la ULA y la más importante de todas en la segunda mitad del siglo XX, es admirable por sobre todo por ser de origen y familia humilde, egresó de la ULA en Mérida con una gran cantidad de distinciones y honores para cuando obtuvo su doctorado. Es necesario mencionar un poco de su asombrosa trayectoria inicial, y es que él fue desde un sencillo profesor de Secundaria en Ciencias Biológicas, en el Colegio San José de Mérida, entre 1941-1949, hasta Fundador y Profesor de la Cátedra de Farmacología y Primeros Auxilios en la Facultad de Farmacia (1947), Profesor de Patología General, Profesor de Obstetricia (1947-1959), Profesor de Fisiología Humana, Profesor y Director de Trabajos Prácticos de Fisiopatología, Director de la Escuela de Medicina (1953), Jefe de la Cátedra de Fisiología, Jefe de la Cátedra de Fisiopatología (1953), Integrante del Consejo Catedrático de la Facultad de Medicina, Director del Instituto de Fisiología.
Esto ejemplifica perfectamente una reputación que no fue ganada por casualidad, sino que fue labrada con mucho esfuerzo y representa el trabajo de toda una vida, y seria este mismo duro trabajo el que le permitiría a este obstetra merideño nacido en Zulia, el abrirse paso de una manera asombrosa en la comunidad universitaria hasta llega a ocupar el cargo de máxima autoridad de la Universidad de los Andes.

El Rector de Rectores.
Iniciando con el punto de inflexión en la historia que fue la caída de Marcos Pérez Jiménez, era necesario re-plantearse el curso de acción que tomaría la ULA en un país que ingresaba a este período de la Cuarta República, con lo que también era necesario una nueva máxima autoridad, y en las célebres elecciones libres, más del 80% del claustro Universitario eligió sin dudarlo al gran Perucho que contaba con solo 35 años de edad.
Si bien es importante destacar toda su trayectoria antes de lograr la rectoría, es quizás más importante todavía nombrar todo lo que sucedió después de su toma de posesión: Fomentó, bajo su gestión, la fundación de las Facultades de Humanidades, Ciencias y Arquitectura, las Escuelas de Educación en Mérida y San Cristóbal, las Escuelas de Geografía, Empresas, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Química, Ingeniería Mecánica, Ingeniería de Sistemas, Enfermería, Dietética y Nutrición, estos últimos demostrando que aún tenía muy bien arraigadas sus raíces como médico obstetra.
Además, impulsó una ferviente adquisición de terrenos y constitución de nuevas infraestructuras que permitieron, el surgimiento y la conformación de los Institutos de Investigaciones Químicas, Geografía y Conservación de Recursos Naturales Renovables, Silvicultura, Fotogrametría e Investigaciones Agropecuarias. Fundó el Centro de Radioisótopos, el Instituto de Microscopia Electrónica; el Cardiovascular, el Centro Neurológico, el Centro de Investigaciones de Altura y el Centro de Investigaciones Odontológicas, El Instituto de Estadística e Investigaciones Económicas y el Centro de Computación, el Centro de Jurisprudencia, hoy transformado en Instituto de Investigaciones Jurídicas, el Departamento de Cine, el Centro de Investigaciones Literarias, las Escuelas de Arte, Ballet, Música, Títeres, Teatro y el Centro Experimental, hoy transformado en una Unidad de Artes Visuales y Diseño (UNAVID). Todo esto solo gracias a una política social que permitió que la ULA lograra un gran avance en cuanto a todas sus capacidades tanto estadales como nacionales.
La Leyenda.
            Todo lo dicho anteriormente es solo un pequeño esbozo de la gran leyenda verdadera que fue Pedro Rincón Gutiérrez, Su paso por la Universidad convirtió a una casa de estudios netamente merideña, en la Universidad insigne y  a la postre la más importante en toda la región de los Andes Venezolanos con un amplio reconocimiento a nivel nacional.
Es en gran medida gracias a él que tanto los Merideños, como los tachirenses y nosotros los trujillanos tenemos fácil acceso y una gran gama de espacios y recursos a nuestra disposición, pero para mí sin duda lo más importante que le debemos a su gestión es la construcción de los Núcleos Universitarios en Táchira y Trujillo, y es que el papel de Pedro Rincón Gutiérrez fue imprescindible para que surgiera lo que hoy es el Núcleo Universitario Rafael Rangel, no en vano el núcleo del Táchira lleva el nombre de este gran médico así como la Orden Pedro Rincón Gutiérrez que es uno de los 3 reconocimientos más importantes que pueda otorgar la Universidad de los Andes.

       Es por todo esto y muchas más cosas que el es una Leyenda en el sentido de que cambio para siempre (y para bien) nuestra universidad, que una vez terminada su gestión siguió estando muy cercana a su corazón, no es solo la mera expansión territorial, la adquisición de nuevas y mejores infraestructuras o la conformación de facultades y cátedras, sino que con una gran habilidad este excelso Obstetra doto a la ULA de identidad y valentía que hoy en día le han permitido conservar la característica de  “Autónoma”. Y es que la prueba máxima de que su labor fue legendaria, es que de todas aquellas personas que pertenecen de alguna forma a la Universidad de los Andes y conocen aunque sea un poco la figura del Rector de Rectores, no importa la edad, oficio, corriente de estudio, pensamiento político, ni muchas otras cosas, todos están de acuerdo en que este sencillo medico cambio para mejor todos los elementos de nuestra casa de estudio y que sin duda fue y sigue siendo una de las figuras más admirables de la Universidad de los Andes.

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